El pasado 6 de enero de 2016,
después de un gran día de reyes, tocaba lo que a todo sevillista le gusta,
ganar en campo rival, y no solo eso, sino dejando humillado al eterno rival. El
partido estuvo totalmente dominado de principio a fin por el Sevilla FC, el
Sevilla salió con su clásico 1-4-2-3-1: Rico, Trémoulinas, Klodziejczak, Rami,
Coke, Kryhowiak, Cristóforo, Krohn-Delhi, Banega, Vitolo e Immobile.
El Sevilla se impuso
cómodamente a un Betis plagado de dudas que conforme pasaban los minutos no se
iban resolviendo, tal fue así lo mostrado en el campo, que el gol de
Krohn-Delhi llegó en el minuto 12, tras darle varios toques dentro del área sin
que ningún jugador verdiblanco hiciera algo por detenerlo. Iban pasando los
minutos y el Sevilla seguía dominando el partido, tras llegar al minuto 45 más
el minuto añadido por el cuarto arbitro, ambos equipos se dirigieron al
vestuario. Tras el descanso el Sevilla sufría algo más de lo que se preveía aun
así se seguía dominando y no tardo más de 4 minutos en anotar el segundo y
último gol que sería de Krychowiak. El partido transcurrió algo brusco hasta
que llego un penalti muy claro cometido por Klodziejczak, Rubén Castro intentó
anotarlo, pero la presión hizo que lo mandara fuera de la portería. Varios
minutos después N’Diaye era expulsado por doble amarilla por una fea entrada a
un jugador del cuadro sevillista. El partido finalizo y el Sevilla dio muy
buena imagen a la que se le podían haber sumado algún que otro gol.
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