Antes de hablar del partido, quería dedicarle algunas líneas a un hombre que ha bordado con letras de oro, Frédéric Kanouté, uno de los más grandes de nuestra historia (si no el que más), que ayer estuvo en el palco presenciando el partido y fue homenajeado en el minuto 12.
Pues bien, los instantes iniciales al saltar los jugadores sobre el mojado césped del Pizjuán estuvieron dominados por el Barcelona, aunque sin llegar, y el balón rodaba en tierra de nadie; hasta que, allá por el minuto 15, Rakitic hace una jugada espectacular, internándose en el área mediante combinaciones con otros compañeros, y Alberto Moreno adelantaba al Sevilla.
Aquí empezaron los problemas. El árbitro, que se mostraba poco colaborativo y favorecía claramente al Barça, pita una falta en contra del Sevilla, que no es, en la que tras su ejecución Alexis marca (en fuera de juego) el gol del empate, gol que fue un duro mazazo para el Sevila, que terminó de hundirse cuando, al borde del descanso, Messi hacía el segundo (1-2). Todavía quedarían dos goles más en la segunda parte.
Pero no solo el árbitro fue un factor negativo para el Sevilla ayer. La falta de puntería ayer fue escandalosa. Bacca cabeceó al palo el centro de un córner, Rakitic echó a la izquierda de la portería un mano a mano clarísimo de Valdés, Vitolo tuvo una clarísima para el 2-2 en la segunda parte, y una más clara aún de Gameiro (totalmente incomprensible el fallo), también para el 2-2, que, de cada 100 ocasiones, 99 son gol. No se puede ganar un partido cuando perdonas tantas ocasiones, y más aún si las perdonas contra el un equipo que arriba tiene a Messi, Pedro, Fàbregas, Alexis, Xavi, Messi, etc.
Y si, además, a esto le sumamos que los cambios del entrenador cuando vas perdiendo (según el propio Emery pensando en otros partidos, lo cual no entiendo) son Trochowski, que ya no es lo que era antes de lesionarse; y Cheryshev, que no está demostrando absolutamente nada y es uno menos en el campo, pues apaga y vámonos.
En fin, la realidad es que, después de aquel 16/18 puntos ha llegado un 2/15 puntos, que estamos a 6 de Europa, y con el descenso más cerca que la Champions. Y la semana que viene jugamos con un Valencia enrrachado que nos empata a puntos. Aquí, señores, o se espabila, o no vamos a ningún lado.
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